BAQUEDANO
ELVIRA,
Isabel
(Mendavia, Navarra, 1929 - Madrid, 2018)
Pintura.
Pamplona, Madrid
Isabel Baquedano representa una de las figuras más singulares de la pintura española de la segunda mitad del siglo XX. Formada en la Escuela de Artes y Oficios de Zaragoza y en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, se dio a conocer a comienzos de la década de 1960, una época en la que trabajó con una orientación figurativa realista y realizó una obra que, sin perder de vista el arte pop entonces en boga, poseía un fuerte componente social. Después, se movería hacia composiciones con un trasfondo simbólico, y los paisajes urbanos y la realidad cotidiana y autobiográfica darían paso a temas y asuntos procedentes del mundo clásico, de la propia historia del arte o de la historia sagrada, reflejo de su profunda religiosidad. Fue una artista poco conocida por el gran público -a pesar de que expuso con regularidad tanto en Madrid como en el País Vasco-, pero cuyo trabajo disfrutó de un temprano reconocimiento crítico. En 1957 ganó por oposición la plaza de profesor de Dibujo y Modelado en la Escuela de Artes y Oficios de Pamplona, donde, hasta 1988, desarrolló un importante magisterio en sucesivas generaciones de artistas. Toda su trayectoria artística ha sido una continua búsqueda de un arte verdadero, realizado con la mayor sobriedad material y conceptual. Muy interesada en la historia del arte, tuvo como referentes a pintores del quattrocento, como Piero della Francesca, pero también contemporáneos como Edward Hopper, con el que comparte el interés por plasmar la soledad cotidiana. Al mismo tiempo acusa la influencia del contexto español con movimientos como el poscubismo, el informalismo, la nueva figuración, el expresionismo, el realismo social o el arte pop. Baquedano tamiza todo esto con un estilo personal que, a menudo, utiliza el pequeño formato para buscar nuevos caminos en cada pintura. Isabel Baquedano fue una artista de dedicación diaria y extremadamente exigente con su trabajo. Desdeñando su propia destreza técnica, trató de llevar la pintura al límite, enfrentando al espectador al enigma de los asuntos que se encuentran más allá de lo visible. Es autora de una obra de apariencia humilde, muy depurada en sus recursos estilísticos y expresivos, y realizada, sobre todo desde comienzos de la década de 1990, con una gran economía técnica. Como pintora, es dueña de un personal universo temático que incluye escenas cotidianas, bodegones, asuntos tomados de la tradición clásica, temas procedentes del Antiguo y del Nuevo Testamento o imágenes del mundo del circo. |